Cuatro grandes madres de la historia china

Por Su Lin - La Gran Época
30 de Mayo de 2019 5:26 PM Actualizado: 30 de Mayo de 2019 5:26 PM

Nuestras madres tienen una gran influencia en nosotros. Como nuestras primeras maestras, ellas nos influencian en todos los sentidos, moldeando nuestras personalidades y nuestras mentes.

Hubo muchas figuras prominentes en la historia de China cuyas madres desempeñaron un papel importante en sus logros. Entre estas madres se encuentran la madre de Mencio, la madre de Yue Fei, la madre de Tao Kan y la madre de Ouyang Xiu. Reverenciadas como las Cuatro Madres Virtuosas de la Antigua China, su comportamiento y carácter fueron ejemplares.

La madre de Mencio

La madre de Mencio, Zhang, nació en el estado de Zou durante el período de los Reinos Combatientes (475-221 a.C.). Como viuda, trabajó duro para criar a Mencio (372-289 a.C.) y fue muy estricta con él. Así fue como Mencio se convirtió en un famoso filósofo.

Muchos conocen la historia de que Zhang cambió su residencia tres veces por Mencio. La madre y su hijo vivían cerca de un cementerio. Debido a que Mencio imitaba el llanto de la gente en los funerales, a Zhang se preocupó y decidió mudarse.

Su nueva casa estaba al lado de un mercado. Mencio, que era bueno con la mímica, comenzó a imitar los alaridos y los gritos de los vendedores ambulantes y carniceros. Creyendo que el entorno era una mala influencia para Mencio, Zhang se mudó de nuevo, esta vez a una casa junto a un ancestral templo imperial.

Mencio comenzó a aprender la etiqueta de la corte de los funcionarios que iban y venían el primer día de cada mes. Zhang estaba muy contenta y decidió que era un buen lugar para establecerse.

Un día, Zhang estaba tejiendo en telares cuando Mencio regresó de la escuela. Ella le preguntó: “¿Hasta dónde has llegado hoy en tus estudios?”.

Mencio respondió: “Más o menos como de costumbre”.

Zhang inmediatamente agarró un par de tijeras y cortó en dos el trozo de tela que estaba tejiendo. Sorprendido, Mencio le preguntó por qué lo había hecho.

Zhang respondió: “Descuidar tus estudios es como cortar la tela que estaba tejiendo. Una persona estudia para hacerse una reputación y adquirir conocimientos. Con conocimiento, uno puede tener paz y felicidad en casa y mantenerse alejado de los problemas cuando no está en casa. Si descuidas tus estudios, no podrás evitar una vida de servicio insignificante y carecerás de los medios para mantenerte alejado de los problemas. Es como tejer para ganarse la vida. Si me rindo a medio camino, ¿cómo podré alimentar a nuestra familia?”.

Ella creía que una mujer que abandona su medio de vida, así como un hombre que descuida el cultivo de su virtud, será reducido a un esclavo, si no a un ladrón o un ratero.

La reprimenda de Zhang cambiaron a Mencio. Estudió mucho bajo la guía del nieto de Confucio, Zisi, y finalmente se convirtió en un famoso erudito.

La madre de Yue Fei

La señora Yao fue la madre de Yue Fei (1103-1142), el famoso general militar que lideró las fuerzas que luchaban contra los yurchens durante la dinastía Song del Sur (1127-1279).

Se hizo conocida por tatuar cuatro caracteres chinos en la espalda de Yue Fei –jing zhong bao guo (servir al país con lealtad)– para recordarle su deber. En los últimos años de su vida, siguió a Yue Fei y a sus tropas. Murió en Ezhou en 1136.

Fue Yang Yao quien motivó a la madre de Yue Fei a tatuarle la espalda. Yang Yao, que era un rebelde, admiraba a Yue Fei por su talento literario y militar. Envió a alguien llamado Wang Zuo para invitar a Yue Fei a unirse a su ejército. Wang Zuo le ofreció a Yue Fei muchos tesoros.

Yue Fei lo rechazó de plano, diciendo: “¡Nunca traicionaré a mi país!”.

Wang Zuo no tuvo más remedio que irse con los regalos.

Cuando la madre de Yue Fei se enteró, le pidió a Yue Fei que preparara el altar ancestral para la oración mientras ella iba a buscar a su esposa. Luego le pidió a Yue Fei que se arrodillara y le pidió a la esposa que preparara un poco de tinta.

La señora Yao le dijo a su hijo: “Estoy muy contenta de saber que elegiste atenerte a tus principios. Pero temo que después de mi muerte, alguna gente maliciosa venga y otra vez te tiente a cometer actos deshonrosos. Si, en un momento de locura, haces algo que traiciona al país, tu nombre quedará manchaedo. Por lo tanto, voy a tatuar cuatro ideogramas en tu espalda –jing zhong bao guo– para recordarte tu deber. Sé un súbdito leal y sirve al país con la máxima lealtad, y descansaré en paz cuando muera”.

Yue Fei aceptó la sugerencia de su madre. Su madre le escribió “jing zhong bao guo” con un pincel de tinta en la espalda y usó una aguja para perforar las palabras en su piel.

Yue Fei finalmente se convirtió en un famoso general respetado por todos.

La madre de Tao Kan

La madre de Tao Kan, Zhan, era un símbolo de maternidad ejemplar en la antigua China. Era conocida por sus buenas habilidades como madre y su gran magnanimidad. Tao Kan (259-334), un gran gobernador y general durante la dinastía Jin (265-420), nació en una familia pobre y era el único hijo. Su madre tejía para criarlo y darle una educación.

Un día estaba nevando mucho, y el amigo de Tao Kan, Fan Kui, pasó a visitarlo. Fan Kui era un erudito de Poyang y había sido recomendado por las autoridades locales de su ciudad natal para ser un funcionario civil por ser leal e incorruptible. Iba de camino a Luoyang para cumplir con su cita.

Tao Kan estaba preocupado por ser su anfitrión de sus hombres y sus caballos, ya que la familia era demasiado pobre para poder brindar una estadía decente. Su madre lo consoló y le dijo que encontraría una manera de hacerlo.

Se cortó el pelo largo, lo vendió y usó el dinero para comprar arroz. También cortó los pilares de un viejo cobertizo para hacer leña y desmenuzó una esterilla de paja para alimentar a los caballos de los huéspedes. Cuando Fan Kui se enteró, exclamó: “¡Solo una madre así puede criar a alguien como Tao Kan!”.

Tao Kan nunca olvidó que su madre había hecho un esfuerzo extra para acoger a Fan Kui y a su séquito. Cuando Tao Kan se convirtió en funcionario, fue modesto y cortés, y siempre recibía a sus huéspedes con gran hospitalidad.

Cuando Tao Kan se desempeñaba como funcionario a cargo de la pesca en Haiyang, provincia de Zhejiang, a menudo recibía regalos de sus subordinados. Un día, alguien le dio un frasco de pescado salado. Tao Kan hizo que se lo enviaran a su madre en su ciudad natal.

Sin embargo, su madre le devolvió el frasco de pescado salado con una carta que decía: “Ahora eres un funcionario. Enviarme algo que es propiedad de tu oficina no me hace feliz. De hecho, me preocupa”.

Alarmado y avergonzado de sí mismo, Tao Kan se convirtió en un funcionario incorruptible desde entonces.

Tao Kan era culto y recto. Desde el cargo de gobernador, fue ascendido a comandante militar antes de ser nombrado finalmente Duque Huan de Changsha. Sus logros como erudito y funcionario fueron ejemplares, y el mérito fue de su madre.

La madre de Ouyang Xiu

Ouyang Xiu (1007-1072) fue un gran erudito de la dinastía Song del Norte (960-1127). Su madre, Zheng, era una mujer diligente con mucha determinación y conocimiento. Ella quedó viuda cuando Ouyang Xiu tenía 4 años y lo crió sola. Su padre había ocupado un cargo entre las autoridades locales, pero la vida se volvió dura después de su muerte.

Cuando Ouyang Xiu tenía 5 años, su madre le enseñó a leer y escribir y a ser una buena persona. Eran demasiado pobres como para comprar papel y tinta, así que Zheng improvisó usando una caña para enseñar a Ouyang Xiu a escribir en la arena.

Zheng también usó al padre de Ouyang Xiu como ejemplo para enseñar a Ouyang Xiu a ser incorruptible. Cuando Ouyang Xiu se convirtió en funcionario, Zheng le contó historias de la integridad y las buenas obras de su padre.

“Como funcionario, tu padre solía trabajar hasta altas horas de la noche”, le contaba. “Prestaba atención excepcional a los casos que involucraban a los plebeyos, y revisaba esos casos con gran detalle para evitar que se dictaran sentencias injustas. En la medida de lo posible, aligeraba la sentencia. En cuanto a las sentencias que no podía aligerar, a menudo suspiraba arrepentido”.

Y añadió: “Tu padre era muy recto y se negaba a aceptar sobornos. Con frecuencia daba dinero a la caridad, y aunque no ganaba mucho, guardaba poco para sí mismo, ya que no quería que su riqueza se convirtiera en una carga. Como tal, después de morir, no dejó casa ni tierra”.

Cuando Ouyang Xiu fue degradado por apoyar a Fan Zhongyan en una reforma, su madre no lo culpó. En vez de eso, lo consoló.

“No es una vergüenza que fuiste degradado por apoyar la justicia. La pobreza no es nada nuevo para nosotros. Estoy contenta siempre y cuando no te desanime lo que pasó”, dijo.

Otras madres virtuosas de la historia china fueron Taijiang, la madre de Zhou Gongji; Tairen, la madre del rey Wen de Zhou; Taisi, la madre del rey Wu de Zhou; Yan Zhengzai, la madre de Confucio; y la vieja Señora She, la madre de Yang Yanzhao. Todas ellas criaron a sus hijos y les enseñaron siendo un buen ejemplo ellas mismas.

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