Incluso con superpoderes, Maudgalyayana no pudo salvar a su propia madre

Por Su Lin - La Gran Época
30 de Agosto de 2018 6:00 PM Actualizado: 30 de Agosto de 2018 6:00 PM

El día 15 del séptimo mes lunar se conoce como el Festival de los Fantasmas. Su origen se remonta a la historia de Maudgalyayana rescatando a su madre, y se registró por primera vez en el Sutra Ullambana.

Maudgalyayana era uno de los diez discípulos más destacados de Buda, y también tenía los mayores poderes sobrenaturales. Después de adquirir poderes sobrenaturales, lo primero que hizo fue buscar a su madre, que había fallecido.

A través de su clarividencia, descubrió que su madre había renacido en Avici, el Reino de los Fantasmas Hambrientos. Como fantasma hambriento, su madre no podía comer nada y quedó reducida a una bolsa de huesos. ¿Qué pecados había cometido su madre cuando estaba viva? Desperdiciaba mucha comida, era codiciosa y de mal genio. También tenía malas intenciones, no controlaba su lengua o su comportamiento, y era mala con los demás. Incluso calumnió a los monjes budistas.

Maudgalyayana era un hijo obediente. Trató de ayudar a aliviar el sufrimiento de su madre usando sus poderes sobrenaturales para producir un tazón de comida para ella. Para evitar que otros fantasmas se llevaran la comida, su madre cubrió el cuenco con su raquítica mano izquierda mientras usaba su mano derecha para llevarse la comida a la boca. Pero cada vez, antes de que la comida pudiera entrar en su boca, se convertía en llamas. Cuando las llamas caían al suelo, se convertían de vuelta en alimento.

Maudgalyayana estaba devastado. Aunque había adquirido poderes sobrenaturales, no podía salvar a su propia madre.

Le preguntó a Buda cómo podía aliviar el sufrimiento de su madre. Este le dijo que debido a las muchas transgresiones que su madre había cometido, no podía ayudarla por sí solo. Solo podría hacerlo reuniendo la fuerza de muchos monjes, y el día 15 del séptimo mes lunar sería el momento perfecto para hacerlo, ya que ese día hay mucha energía.

El día 15 del séptimo mes lunar, los monjes saldrían de su retiro de verano y confesarían sus transgresiones. Buda le dio instrucciones a Maudgalyayana de preparar frutas, alimentos y ropa y presentárselos a los monjes en tazones “yulan”. Los monjes a cambio rezarían por las siete generaciones de sus padres y antepasados. Así es cómo su madre podría reencarnar de nuevo.

Maudgalyayana siguió las instrucciones de Buda e hizo ofrendas a los monjes. Logró liberar a su madre del reino de los fantasmas hambrientos.

El espíritu que Maudgalyayana mostró al rescatar a su madre en el Sutra Ullambana tiene similitudes con el concepto de devoción filial en el confucianismo. La historia también se convirtió en un espectáculo de ópera muy popular, “Mulian rescata a su madre”, durante las dinastías Song, Ming y Qing (a partir del siglo X).

La moraleja de la historia de Maudgalyayana rescatando a su madre es que uno debe pagar por sus propias acciones. Incluso alguien con poderes sobrenaturales como Maudgalyayana no puede evitar que otros no paguen su karma. Una persona que ha hecho el mal debe sufrir y enmendarse antes de tener esperanza de redimirse. La madre de Maudgalyayana contrajo un profundo karma cuando estaba viva, e incluso cuando reencarnó como fantasma fue egoísta, cubriendo su tazón de comida con su mano para evitar que otros fantasmas tomaran comida. No hubo arrepentimiento. ¿Por qué la comida que le ofrecieron se convirtió en llamaradas? Ni un solo pensamiento nuestro, sea bueno o malo, puede escapar de los ojos de los dioses.

***

Te puede interesar

¿Cuál es el verdadero significado de la esvástica?

Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.